Los plácidos y reconfortantes días festivos han
llegado a su fin. Sí, así es, un año más, despedimos la festividad de Semana
Santa con las miras puestas en el verano. Vivimos pues, lo que comúnmente se
hace llamar crisis post-vacacional.
Se trata de un estado transitorio, en el
que tu cuerpo está presente, pero tu mente deambula aún en el recuerdo
del pasado.
Es un hecho normal, institucionalizado diría incluso,
un mal-común que todos sentimos cuando la rutina irrumpe en nuestra vida sin
haber sido invitada.
Pero qué decir amigos, c'est la vie.
Es por ello que en el post de hoy, he querido hacer
un guiño a todos esos estados depresivos transitorios,
y recetaros una dosis extra de felicidad y optimismo.
Aquí os escribo algunas recetas sencillas para sanar
heridas.
Ama lo que haces.
Siéntete afortunado con la labor que desempeñas.
Cree en ti mismo.
Márcate objetivos.
Rodéate de tu familia, de tus amigos, de tu gente.
Busca espacios y lugares que te impresionen, que te
gusten, que te hagan disfrutar.
Ríete sin motivo.
Desconecta la televisión. La dosis de pesimismo está más que cubierta.
Empápate de cultura. Despierta tus sentidos.
Motívate.
Realiza aquello que te horroriza. No existe mejor gratitud
que superar nuestro propio límite.
Aprende a tener momentos para respirar y desconectar.
Piensa por ti mismo.
Porque amigos, la vida es un viaje con billete de
vuelta, en ti está aprovechar y disfrutar el camino de ida.
Be happy, always :)
Disfrutad con este video. Espero que al final de este día, la crisis post-vacacional sea un mero recuerdo del ayer.
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